Con tono firme, Silvia Sapag pidió que Vaca Muerta deje de ser solo un enclave extractivo y se convierta en el motor de la industrialización de Neuquén. La candidata a senadora nacional por Fuerza Patria afirmó que el verdadero desafío del siglo XXI es convertir la energía en desarrollo.
“Tenemos que pensar qué va a quedar cuando el gas y el petróleo se agoten. No podemos repetir la historia de Cutral Co”, señaló, en alusión al declive económico que sufrió la localidad cuando se agotó el recurso.
Sapag propuso que las concesiones hidrocarburíferas incluyan condiciones precisas para garantizar beneficios en todo el territorio. “No hay una sola empresa industrial instalada en la provincia, pese al crecimiento de la producción energética”, lamentó. A su entender, la inequidad entre el sur petrolero y el norte neuquino refleja la falta de políticas integrales.
La senadora recordó que fue gracias a la recuperación de YPF que Neuquén accedió al potencial de Vaca Muerta. “Ese logro histórico nos obliga a dar el siguiente paso: transformar la energía en trabajo”, afirmó.
Sapag describió una situación crítica en el norte provincial: “Estamos frente a una catástrofe económica, producto de la ausencia de diversificación”. Propuso destinar parte de los ingresos energéticos a proyectos industriales, tecnológicos y de infraestructura que impulsen la equidad territorial.
“Cuando se entrega una concesión y no se fijan condiciones, se pierden oportunidades de desarrollo”, insistió. Para ella, el objetivo es que Neuquén no dependa exclusivamente de la renta hidrocarburífera.
“Es hora de que Vaca Muerta deje de ser una promesa y se convierta en una política de Estado”, concluyó.




















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