Este martes 22 de abril, el gobierno de Neuquén activó un bloqueo de acceso a redes sociales y plataformas de entretenimiento en todas las escuelas públicas de la provincia. La medida fue implementada por la Dirección de Telecomunicaciones del Ministerio de Educación y afecta directamente a sitios como Facebook, Instagram, TikTok, YouTube y X (ex Twitter), entre otros.
El sistema de restricción se aplica a través de la red interna que conecta los dispositivos institucionales con internet. Es decir, cualquier computadora o dispositivo que utilice la conexión escolar no podrá acceder a esas plataformas. El objetivo declarado por las autoridades: fomentar entornos de aprendizaje “más enfocados y colaborativos”, según explicó Lucas Godoy, subsecretario de Tecnología Educativa.
Godoy justificó la decisión señalando que las redes sociales pueden convertirse en una fuente constante de distracción. También hizo énfasis en la necesidad de abrir un debate sobre el consumo responsable de contenidos digitales y sus efectos en el desarrollo académico y emocional de los estudiantes.
Flexibilidades, límites y zonas grises
A pesar del carácter generalizado del bloqueo, el gobierno provincial dejó abierta una puerta: las instituciones que justifiquen la necesidad pedagógica del uso de alguna red social podrán pedir excepciones temporales a través del Sistema Único de Mantenimiento Escolar (SUME). Es decir, el acceso no está prohibido en términos absolutos, sino condicionado a una autorización específica.
Sin embargo, la medida no contempla el uso de dispositivos personales conectados a datos móviles o redes ajenas al sistema escolar. Esto implica que, en la práctica, estudiantes que utilicen sus celulares con internet propio seguirán teniendo acceso libre a las plataformas bloqueadas.
Frente a este vacío, el Ministerio insiste en la importancia de los acuerdos pedagógicos internos, donde cada docente establece reglas para el uso de la tecnología en clase. Pero algunos sectores docentes y familias ya expresaron preocupación por la falta de consulta previa y por el carácter restrictivo de la norma, que no necesariamente promueve un uso crítico o formativo de las herramientas digitales.
¿Tecnología como aliada o enemiga?
La iniciativa se enmarca en una política provincial de “educación digital”, aunque su implementación ha generado más preguntas que respuestas. ¿Restringir el acceso mejora el aprendizaje? ¿No sería más efectivo enseñar a usar las redes con criterio y responsabilidad? ¿Qué papel juegan los docentes y estudiantes en estas decisiones?
El debate apenas comienza, y mientras tanto, las aulas neuquinas experimentan un nuevo filtro digital. Queda por ver si se trata de una solución de fondo o apenas un parche frente a desafíos más complejos relacionados con la educación y la tecnología.
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