Aunque Vaca Muerta atraviesa uno de sus mejores momentos en términos de producción, con cifras récord y perspectivas de crecimiento que entusiasman a los sectores empresarios y al Gobierno, el panorama no es igual de positivo para los trabajadores del sector. El Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa denunció más de 700 despidos, sueldos impagos y un proceso de precarización que contrasta con el auge de la actividad.

“Es muy difícil explicar que en una actividad que se ha triplicado, ha batido récord de producción y lo vemos todos los días, haya empresas que despidan gente o paguen sueldos en cuotas”, cuestionó Marcelo Rucci, secretario general del sindicato. El dirigente señaló una “contradicción muy grande y difícil de explicar” entre la bonanza productiva y el maltrato laboral, y acusó a las operadoras de abusar del contexto para aplicar ajustes que “no corresponden”.

Durante una asamblea realizada el pasado 9 de abril en Añelo, los trabajadores decidieron ir a un paro al día siguiente, aclarando que no estaba vinculado al paro general convocado por la CGT. “Nosotros decidimos con nuestros compañeros qué hacer. No vamos detrás de lo que nos intenten imponer”, dijo Rucci, diferenciándose de la central obrera, a la que criticó abiertamente y de la cual se desvinculó institucionalmente.

Empresas que se van, pymes presionadas y salarios en caída

A la ola de despidos se suma el retiro paulatino de multinacionales como Petronas y Exxon, mientras que pequeñas y medianas empresas proveedoras denuncian presiones para reducir sus márgenes. “Exigirles rebajas es firmarles el certificado de defunción”, advirtió Rucci, quien también alertó sobre la ausencia del Estado en el control de estas prácticas.

En relación a los salarios, el dirigente sindical reconoció que se han cerrado acuerdos, pero aclaró que la pauta del 1% fijada por el Gobierno nacional está muy por debajo de la inflación real medida por el INDEC. “Eso nos lleva a tener que sentarnos a discutir de nuevo la próxima semana”, adelantó.

El gremio también puso el foco en la seguridad laboral: más de 100 trabajadores fallecieron en accidentes en la última década y otros 84 durante la pandemia. “Es momento de sentarnos a hablar en serio con las cámaras empresariales. No vamos a permitir que esto siga así”, enfatizó el dirigente, quien también fue intendente de Rincón de los Sauces.

El caso de Vaca Muerta refleja una contradicción cada vez más evidente: mientras los números macroeconómicos del sector petrolero celebran un presente exitoso, los trabajadores viven una realidad de recortes, incertidumbre y riesgo. Sin respuestas concretas del Estado ni voluntad de diálogo de las empresas, el conflicto parece lejos de resolverse.

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