La petrolera estatal YPF está dando un paso firme hacia la reconfiguración de su estrategia de negocios, con un claro enfoque en los recursos no convencionales. En declaraciones desde Houston, Horacio Marín, presidente de la compañía, confirmó que la firma se retirará de los yacimientos convencionales en 2025, concentrando toda su inversión y actividad en Vaca Muerta, la mayor reserva de gas y petróleo no convencional de Argentina. A partir de 2026, el futuro de YPF estará marcado exclusivamente por el desarrollo de este yacimiento en la provincia de Neuquén.

Este movimiento implica una redefinición del mapa energético del país, ya que YPF dejará en manos privadas y provinciales los campos maduros y convencionales que operaba en diferentes provincias. Se trata de un proceso de desinversión que abarca varios yacimientos en Mendoza, Neuquén, Río Negro y Chubut. Además, la petrolera se está deshaciendo de su participación en bloques marítimos, tanto en el Mar Argentino como en Uruguay.

El Proyecto Andes y la venta de activos

El plan de desinversión de YPF no es un movimiento aislado, sino que forma parte del denominado Proyecto Andes, una de las piezas clave de la estrategia de la empresa. A través de este proyecto, YPF busca vender sus activos en yacimientos convencionales, lo que permitirá a la empresa enfocar sus esfuerzos en el desarrollo de Vaca Muerta. El Banco Santander ha sido designado como encargado de gestionar las operaciones de venta de estos activos, lo que marca un cambio en la visión de la compañía con respecto a los campos maduros.

Marín destacó que el objetivo de YPF es reducir los costos operativos, que actualmente son entre un 30% y un 50% más altos que en Estados Unidos. "Queremos concentrarnos únicamente en Vaca Muerta", afirmó el CEO, dejando claro que la apuesta es clara: abandonar los yacimientos convencionales para potenciar lo que consideran el futuro energético de Argentina.

Un cambio de rumbo en la exploración de hidrocarburos

El retiro de YPF de los yacimientos convencionales y la concentración de sus esfuerzos en Vaca Muerta refleja un cambio en la estrategia de exploración y producción de hidrocarburos en el país. La petrolera ha decidido reducir su participación en campos maduros debido a los altos costos de operación y la menor rentabilidad que estos generan, especialmente en comparación con las oportunidades que ofrece el gas y petróleo no convencional.

El CEO de YPF explicó que la operación será un proceso largo y complejo, pero necesario para garantizar una mayor rentabilidad y eficiencia en el futuro de la compañía. Además, se destacó que la desinversión permitirá a la empresa cumplir con su responsabilidad ambiental y social, devolviendo áreas a las provincias como en el caso de Santa Cruz y Tierra del Fuego, donde la petrolera ya está negociando la devolución de áreas con pasivos más altos que activos.

Este cambio de rumbo también tiene implicaciones para las provincias que verán la salida de YPF, como Chubut y Santa Cruz, que deberán adaptarse a un nuevo escenario con la gestión de los campos de petróleo en manos privadas o provinciales.

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