*Por Silvana Reñones.
Argentina se define como un Estado Federal con un sistema de gobierno representativo y republicano, compuesto por 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Cada provincia tiene la capacidad de dictar su propia constitución, lo que establece un panorama diverso en el sistema electoral.
El Derecho Electoral argentino se organiza en dos niveles: nacional y provincial. El sistema nacional, encargado de la elección de autoridades nacionales, se divide en 24 distritos electorales, a excepción de las elecciones presidenciales y los Parlamentarios del Mercosur, donde el país actúa como un único distrito. A nivel provincial, cada estado federado tiene la autonomía para establecer su propio régimen electoral.
Este entramado electoral involucra diversos organismos y poderes, algunos con atribuciones jurisdiccionales y otros con funciones auxiliares. La Justicia Nacional Electoral, parte del Poder Judicial, es un organismo permanente que incluye la Cámara Nacional Electoral (CNE) y 24 jueces federales de primera instancia. La CNE se ocupa de la administración electoral y la resolución de conflictos.
Las funciones de la Justicia Nacional Electoral abarcan cuatro áreas: jurisdiccional, administrativa, registral y de control, y su trabajo incluye el mantenimiento de registros como el Registro Nacional de Electores y el Registro Nacional de Partidos Políticos. Otras entidades, como el Ministerio del Interior y el Comando General Electoral, también participan en la logística electoral, contribuyendo a la complejidad del sistema.
A nivel global, Argentina presenta un modelo diferenciado, a diferencia de países como Uruguay y Brasil, que cuentan con un único organismo electoral. En 2016, el gobierno de Mauricio Macri propuso una reforma para otorgar más autonomía al órgano electoral, pero la iniciativa no prosperó.
Diversidad provincial en el sistema electoral
Los organismos electorales en Argentina se distribuyen entre las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, integrándose en el sistema de división de poderes. Algunos pertenecen al Poder Judicial, mientras que otros son entidades extrajudiciales, y la Ciudad de Buenos Aires cuenta con un ente autárquico en el ámbito del Poder Ejecutivo.
Su composición varía, con miembros que pueden ser jueces o representantes de los tres poderes del Estado. La elección de sus integrantes se realiza mediante concursos, designaciones legislativas o sorteos, y su constitución puede ser permanente o temporal. Las decisiones de estos organismos, generalmente de instancia única, pueden ser impugnadas ante tribunales superiores.
Por ejemplo, en Córdoba, el Juzgado Electoral de primera instancia supervisa los procesos electorales, mientras que en Mendoza, una Junta Electoral permanente se encarga de la supervisión. En Santa Cruz, el Tribunal Electoral está compuesto por miembros del Tribunal Superior de Justicia, consolidando un enfoque unificado.
Neuquén: ausencia de “jueces especializados”
En Neuquén, la estructura electoral presenta desafíos significativos. Aunque el Código Electoral Provincial establece la figura de un juez especializado, este cargo ha sido históricamente ocupado por jueces de otros fueros, como los penales o civiles. Actualmente, un juez de familia asume esta responsabilidad, lo que genera dudas sobre la idoneidad para manejar temas electorales complejos. Esta situación se repite en el ámbito federal, donde la competencia electoral es asumida por la titular del Juzgado Federal Nº1 del distrito.
La Junta Electoral Provincial, que no es permanente, se conforma cada vez que hay elecciones, lo que dificulta la continuidad en la gestión. Además, las Secretarías Electorales operan con personal limitado y recursos escasos, afectando su capacidad para atender a ciudadanos y partidos políticos.
Esta falta de especialización y recursos repercute en la eficiencia y transparencia del proceso electoral en Neuquén, planteando la necesidad urgente de reformar la estructura electoral para fortalecer la confianza pública en la democracia. La designación de un juez electoral especializado podría ser un paso clave hacia una administración electoral más efectiva y justa en la provincia.
Desafíos y oportunidades
A pesar de la diversidad y complejidad del sistema electoral argentino, enfrenta críticas y desafíos. La Cámara Nacional Electoral ha sido objeto de cuestionamientos, aunque organizaciones no gubernamentales destacan su transparencia. La falta de autonomía financiera y la dependencia de asignaciones presupuestarias complican su funcionamiento.
La figura del Juez Electoral Nacional aún recae en jueces federales, lo que crea un estado de excepción. Además, las Juntas Electorales, aunque compuestas por magistrados, son a menudo percibidas como entes administrativos, generando confusión sobre su régimen jurídico.
A pesar de estas dificultades, el sistema electoral argentino se ha consolidado como un consenso construido responsablemente entre el Estado, la sociedad civil y los partidos políticos a lo largo de cuatro décadas de democracia.
(*) Abogada neuquina y especialista en derecho electoral
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