Axel Kicillof cerró la jornada de este jueves reuniéndose finalmente con Cristina Fernández de Kirchner. El encuentro, que no figuraba en la agenda oficial, fue clave para destrabar la tensión interna en Unión por la Patria y avanzar hacia una estrategia común de cara a las elecciones legislativas.
Según confirmaron medios bonaerenses, Cristina y Kicillof llegaron a un acuerdo mínimo pero significativo: la creación de una mesa política con participación de todos los sectores que integran la coalición en la provincia de Buenos Aires. En esa mesa se definirá la estrategia electoral, en medio de un escenario de incertidumbre y desconfianza cruzada.
El dato no es menor si se tiene en cuenta que hace apenas dos semanas, el ministro de Gobierno bonaerense y mano derecha de Kicillof, Carlos Bianco, había declarado que la unidad dentro de Unión por la Patria “no estaba sucediendo”, aunque era un objetivo a reconstruir.
En ese contexto, la reunión entre el gobernador y la ex presidenta aparece como un primer paso para ordenar el mapa político del peronismo bonaerense.
La interna está lejos de estar resuelta. Por un lado, la candidatura de Cristina Kirchner en la Tercera Sección cayó mal entre algunos intendentes de esa zona, que ven en esa movida una señal de concentración y tensión dentro del espacio. Por otro, el kirchnerismo rechaza el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses respecto de las nacionales.
Al mismo tiempo, la figura de Sergio Massa sigue en juego. El Frente Renovador todavía no tiene definido si el exministro encabezará una lista en la Primera Sección o si buscará un lugar en la Cámara de Diputados nacional. Mientras tanto, Massa comenzó a recorrer la provincia y a mover fichas sin mostrar del todo sus cartas.
El reloj ya empezó a correr: el 9 de julio vence el plazo para inscribir alianzas, y el 19 del mismo mes es el último día para presentar las listas de candidatos ante la Junta Electoral. Todo indica que, fiel al estilo peronista, las decisiones se tomarán a último momento.
Por lo pronto, la mesa está servida. Falta saber si todos los sectores de UxP estarán dispuestos a sentarse, y si el peronismo bonaerense podrá encontrar un rumbo común antes de que sea demasiado tarde.
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