Si quedaban dudas sobre el futuro político de Patricia Bullrich, esta semana las despejó con un solo posteo. En medio de la pelea entre Nación y Ciudad por el tema presos, la ministra de Seguridad dinamitó su vínculo con Mauricio Macri y dejó en claro que su historia con el PRO es parte del pasado.

“Macri, Mauricio, el país requiere que ustedes dejen de pensar en sus intereses particulares y usar la Ciudad de botín. Se acabó esa Argentina”, escribió Bullrich en X (ex Twitter), echando una nueva palada de tierra sobre la historia que la une al PRO y que, de alguna manera, la aupó al lugar de jerarquía que ocupa en el gobierno de La Libertad Avanza.

Bullrich, Milei y el pase a planta en el oficialismo libertario

La ruptura no es solo discursiva. Con este mensaje, Bullrich entierra cualquier posibilidad de volver a competir por la Ciudad, el distrito donde construyó buena parte de su carrera. También es un mensaje para adentro: si alguno en el PRO soñaba con un regreso ordenado o un reencuentro estratégico, puede irse olvidando.

La ministra refuerza así su rol como una de las figuras fuertes dentro del mileísmo, un espacio donde hoy se siente más cómoda que con sus viejos compañeros de ruta en Juntos por el Cambio.

De candidata porteña a ministra libertaria

La historia de Bullrich en CABA arranca hace más de 30 años, cuando fue electa diputada nacional en 1993. Desde entonces, pasó por todas: fue legisladora, candidata a jefa de Gobierno, armadora de espacios opositores y hasta ministra de Seguridad durante el gobierno de Macri.

En 2023, intentó su gran salto hacia la Casa Rosada. Le ganó la interna a Larreta, pero quedó tercera en las generales, detrás de Milei y Massa. Lo que vino después fue un giro de 180 grados: selló una alianza con el libertario ganador, volvió al Ministerio de Seguridad y empezó a romper todos los lazos que la unían al PRO.

Macri y Bullrich: de socios a enemigos

Lo que alguna vez fue una sociedad política ahora es una guerra abierta. El detonante fue el conflicto entre Nación y Ciudad por los presos y la crisis carcelaria, pero el trasfondo es mucho más profundo. Bullrich y Macri ya no tienen proyecto común, y lo que se viene es una disputa directa por el mismo electorado de derecha.

En este nuevo escenario, Bullrich apuesta todo a su vínculo con Milei y a consolidarse como la cara dura de un oficialismo que no tiene lugar para los débiles. Mientras tanto, Macri intenta reordenar lo que queda de Juntos por el Cambio, con menos soldados, cada vez más internas y un incierto horizonte ideológico.

Kicillof abrió las sesiones en Provincia y fue con los tapones de punta contra Milei: "No respeta la democracia"

artículo anterior

Proponen que empleados municipales se sometan a exámenes toxicológicos

Próximo artículo

También te puede gustar

Comentarios

Los comentarios están cerrados.

Más en ARGENTINA