En el Día del Cannabis Medicinal, el Ministerio de Salud bonaerense se puso la camiseta verde y anunció el Programa Provincial de Cannabis Terapéutico. Además, presentó una guía para equipos de salud, titulada “Cannabis Terapéutico: Herramientas para equipos de salud”, que promete orientarlos en la atención y acompañamiento de pacientes.

El evento se llevó a cabo en el Hospital Zonal de Rehabilitación “El Dique” y contó con la presencia de figuras destacadas, como el ministro de Salud, Nicolás Kreplak, quien aprovechó la ocasión para subirse al escenario del "progresismo cannábico".

¿De qué va este nuevo programa?

El programa tiene varios objetivos claros: facilitar el acceso al cannabis medicinal, formar a los equipos de salud y, de paso, marcar territorio en un tema que genera expectativa (y polémica). Actualmente, la provincia cuenta con 14 centros públicos que ofrecen consultorios especializados en el uso terapéutico del cannabis, pero la idea es expandir la red.

Y como si fuera poco, ahora los médicos tendrán su propio "manual de instrucciones" para tratar a pacientes que usan cannabis con fines terapéuticos. Eso sí, la guía viene con un enfoque empático y respaldado por evidencia científica (porque esto no es un free pass para las recetas sin control).

Pero, ¿qué pasa con el marco legal?

Aquí es donde la cosa se complica. El uso de cannabis medicinal tiene un marco normativo en constante cambio. Desde la Ley N° 27.350 de 2017 hasta la reciente Resolución 3132/2024, la regulación ha ido avanzando, pero no sin tropiezos.

El último cambio introduce restricciones que tienen a más de uno levantando la ceja: límites más duros para asociaciones civiles, requisitos adicionales para médicos, y un plazo para que los inscriptos en el REPROCANN se ajusten a las nuevas reglas o se queden afuera. Así que, aunque el programa bonaerense promete avances, el panorama nacional genera tensiones.

Un paso adelante, pero ¿es suficiente?

El ministro Kreplak habló del programa como un salto hacia un sistema más inclusivo y humano. Sin embargo, los usuarios y las asociaciones que trabajan con cannabis terapéutico no están tan convencidos. Mientras los gobiernos pulen sus marcos regulatorios, los pacientes siguen lidiando con precios elevados, accesos limitados y burocracia interminable.

Así que, por ahora, Buenos Aires saca pecho con este programa, pero el desafío será evitar que quede en puro humo verde.

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