Parece que hay excepciones a la regla de la "austeridad" que Javier Milei les pidió a sus funcionarios para las vacaciones. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, confirmó que se va a Disney con sus nietos mellizos. Sí, leíste bien: mientras al resto del Gabinete le dijeron que se abstenga de destinos ostentosos, Bullrich sacó el pasaje a Orlando.
Pero no fue una decisión unilateral. Según la propia ministra, el viaje fue aprobado por la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y también por el mismísimo Javier.
“Hablé con Karina primero, le dije que tenía un compromiso de honor con mis nietos, los chicos vienen ahorrando plata desde que son chiquitos para ir a Disney, y me dijeron que sí, que cumpla mi promesa que es sagrada”, se justificó Bullrich.
Una funcionaria que cumple lo que promete, a los nietos
Y la cosa no quedó ahí. Para reforzar la "bendición" presidencial, la ministra contó que Milei la llamó para confirmarle el aval: “Me habló el presidente y me dijo que por supuesto, que era un viaje de familia ya pensado, y que además era una promesa y que la cumpla”. Con esa respuesta, ¿quién se atreve a decirle que no a Mickey Mouse?
El asunto no pasó desapercibido, ya que la orden de Milei para el resto de los ministros fue clarita: nada de Punta del Este, Estados Unidos ni Europa. La premisa fue “austeridad” y evitar la ostentación, especialmente después de haber encabezado “el ajuste más grande de la historia”. Pero claro, las promesas familiares están por encima del ajuste.
Bullrich, por las dudas, aclaró que solo se tomará una semanita. Es más, se atajó diciendo que su viaje a Disney no entra en la categoría de “vacaciones ostentosas” porque no es por lujo, sino por amor de abuela. ¿Quién se atrevería a refutar ese argumento? Sólo le faltó decir que después de todo, el lujo es vulgaridad.
El disclaimer está hecho: no se trata de una vacación VIP, sino de una “promesa de honor”. Por lo pronto, Bullrich ya tiene su pasaporte listo y los mellizos deben estar tachando los días en el calendario. En el Gabinete, mientras tanto, algunos deben estar pensando qué otra "promesa familiar" se podría inventar para pegarse una escapada.
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