Las reacciones internacionales no tardaron en llegar tras la confirmación de la condena contra Cristina Fernández de Kirchner. Este miércoles, dos presidentes latinoamericanos expresaron públicamente su respaldo a la ex mandataria argentina, sumándose a las voces que cuestionan el fallo de la Corte Suprema.
Desde México, la flamante presidenta Claudia Sheinbaum fue clara durante su conferencia matutina: “Toda nuestra solidaridad con Cristina Kirchner. Es un asunto más político, desde nuestro punto de vista”, aseguró, dejando en evidencia su lectura del caso como parte de una ofensiva judicial con tinte político.
Consultada sobre una eventual carta conjunta de respaldo junto a otros gobiernos latinoamericanos, Sheinbaum explicó que no ha estado en contacto con sus pares de la región, pero anticipó que podría avanzar en ese sentido con su canciller, Juan Ramón de la Fuente.
En paralelo, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, fue aún más explícito: “Acabo de hablar con Cristina Kirchner. Mi solidaridad con ella”, publicó en redes sociales.
Petro ubicó el caso argentino en una lista de situaciones similares en la región, al señalar: “Presidentes como Lula, Pedro Castillo, Cristina Kirchner, Rafael Correa, Dilma Rousseff, Zelaya, Manuel López Obrador, Evo Morales, todos progresistas, han pasado por golpes de Estado, procesos injustos y cárcel por años”.
El presidente colombiano alertó además sobre una “primavera democrática en peligro”, que –según su visión– se ve amenazada por el ascenso de las derechas extremas a nivel global. “El cambio de política en los centros de poder mundial incentiva las rupturas democráticas”, advirtió.
Las declaraciones de Sheinbaum y Petro se suman a un escenario caliente en la política argentina, donde el fallo contra Cristina fue leído por amplios sectores del peronismo y del sindicalismo como parte de una estrategia de proscripción. Y ahora, el eco de esa lectura empieza a sonar también en el exterior.
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