El papa Francisco, de 88 años, recibió este martes buenas noticias sobre su estado de salud. Los médicos del hospital Gemelli de Roma confirmaron que su cuadro de neumonía bilateral evolucionó favorablemente y ya no se encuentra en peligro inminente.
Sin embargo, el pontífice deberá permanecer algunos días más internado para completar el tratamiento y evitar recaídas, especialmente debido a su fragilidad y edad avanzada.
Estable, pero con precauciones
El Vaticano informó que Francisco pasó una noche tranquila y se despertó alrededor de las 8 de la mañana, un horario más relajado en comparación con su rutina habitual en Santa Marta, donde suele comenzar el día a las 4:30.
Los médicos decidieron retirar el pronóstico "reservado" que mantenían hasta ahora, lo que indica que su estado ya no es crítico. Sin embargo, su recuperación sigue en curso y requiere de estrictos cuidados.
Francisco continúa con oxígeno suplementario durante el día y una máscara de ventilación por la noche para facilitar su respiración. Además, los análisis médicos recientes muestran una respuesta positiva al tratamiento.
A pesar de la mejoría, el Vaticano aún no ha confirmado cuándo podría retomar sus actividades públicas. Por ahora, la prioridad es su recuperación total.
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