Al peronismo bonaerense le quedan apenas diez días para definir alianzas y otros diez más para cerrar sus listas de candidatos. Anoche se dio el primer paso para tratar de evitar lo que los sondeos advierten: que si van divididos, podrían regalarle la elección a la oposición de La Libertad Avanza y el PRO.
La cita fue en la Gobernación bonaerense, donde Axel Kicillof recibió a Sergio Massa, Alexis Guerrera (Frente Renovador), Máximo Kirchner (La Cámpora) y más de diez intendentes del peronismo. La reunión duró unas dos horas y sirvió como puntapié inicial para empezar a delinear la estrategia electoral del oficialismo en la provincia.
Definiciones y acuerdos en marcha
“Se avanzó en el objetivo de conformar un frente conjunto de cara a las elecciones provinciales del 7 de septiembre y las nacionales del 26 de octubre”, contaron fuentes cercanas al encuentro. Y adelantaron que este martes habrá otra reunión para seguir acelerando las definiciones.
Entre las primeras conclusiones de anoche, el peronismo bonaerense acordó que el criterio para definir las cabezas de lista en cada sección electoral serán las figuras “más competitivas”, con el objetivo de asegurar el triunfo tanto a nivel provincial como nacional.
La estrategia conjunta, anticipan, girará en torno a tres ejes: enfrentar las políticas de ajuste y endeudamiento de Javier Milei, defender la inocencia de Cristina Kirchner y evitar que la “motosierra libertaria” penetre en la provincia.
Triunvirato al mando
Otra decisión clave que surgió del cónclave es que la campaña y el cierre de listas en los distritos se manejarán a través de un triunvirato integrado por Kicillof, Massa y Máximo Kirchner.
Si bien el gobernador liderará la estrategia, la definición de candidaturas será una jugada colegiada, buscando equilibrar las distintas tribus del peronismo.
En las próximas semanas, Unión por la Patria deberá armar listas para cada una de las ocho secciones electorales y limar asperezas internas para llegar unidos a las urnas.
La gran incógnita sigue siendo si lograrán esa tan buscada unidad, que los números marcan como la única vía posible para mantener el poder en la provincia de Buenos Aires.
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