El petróleo arranca el 2025 con fuerza. Los precios del crudo subieron hasta un 2,1% el miércoles, alcanzando niveles no vistos desde octubre del año pasado. En este contexto, el Brent, referencia en Europa y Argentina, se ubicó en 76 dólares por barril, mientras que el WTI, el estándar en Estados Unidos, alcanzó los 73,19 dólares.
El alza está respaldada por un dato clave: los inventarios de crudo en Estados Unidos cayeron por sexta semana consecutiva. Según la Administración de Información Energética (EIA), los inventarios disminuyeron en 1,2 millones de barriles en la última semana de diciembre, mientras que el Instituto del Petróleo Americano reportó una caída de 1,4 millones.
Impacto en la economía global y local
La suba también está impulsada por el optimismo sobre la economía china en 2025. Si el principal importador mundial de crudo aumenta su demanda, el efecto podría extenderse a los mercados globales. En paralelo, el consumo de diésel muestra un repunte, reforzando la tendencia alcista.
En el caso del Brent, acumula un incremento de más del 7% desde los 70,92 dólares registrados a principios de diciembre. Este repunte podría traducirse en ajustes de precios en los surtidores locales si la tendencia se mantiene.
¿Qué esperar?
Aunque el petróleo cerró 2024 con una caída del 3% anual, las señales de recuperación para 2025 ya son evidentes. Las subas podrían continuar dependiendo del comportamiento de la demanda global, en particular de China, y de la evolución de los inventarios estadounidenses.
Por ahora, el aumento en los precios marca un inicio de año dinámico para el mercado energético, con posibles repercusiones en las economías dependientes del crudo.
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