La sequía golpea con fuerza a los campos neuquinos y la situación se vuelve cada día más crítica. La Sociedad Rural del Neuquén presentó un pedido formal para que se declare la emergencia agropecuaria en toda la provincia, alertando que la falta de precipitaciones ya está causando la muerte de animales, reducción en la producción de pasturas y un fuerte impacto económico en pequeños, medianos y grandes productores. Desde la entidad aseguran que, sin medidas inmediatas, las pérdidas podrían agravarse y comprometer la producción de carne y leche en la región.

El panorama afecta a todos los sectores de la ganadería. Los productores coinciden en que el déficit hídrico no distingue escalas: desde criadores familiares hasta grandes estancias enfrentan la misma dificultad para sostener al ganado y garantizar su alimentación. En muchos casos, los animales ya presentan signos de debilidad y los costos para mantenerlos superan la capacidad económica de los establecimientos rurales.

Propuestas inmediatas del sector

Como primer paso, la Sociedad Rural propuso “descargar los campos”, es decir, reducir la carga animal para evitar un mayor deterioro del rodeo y permitir que los animales restantes tengan mayores posibilidades de sobrevivir en un contexto de escasez de agua y alimento.

Además, el pedido formal busca activar herramientas de asistencia por parte de los gobiernos provincial y nacional. Entre ellas, los productores reclaman líneas de crédito especiales, subsidios para la compra de forraje, apoyo logístico para el traslado de animales y asistencia técnica que permita planificar medidas de contención frente a la crisis.

“La situación es crítica y requiere coordinación inmediata. Cada día sin lluvias se traduce en pérdidas más profundas y en riesgo de desabastecimiento de carne y leche para la provincia y el país”, advirtieron desde la entidad.

Un problema que no da tregua

La sequía en Neuquén se ha prolongado durante meses y afecta de manera desigual a distintas zonas de la provincia, pero el denominador común es la falta de agua y la escasa producción de pasturas. Según los ruralistas, los campos muestran un deterioro acelerado y las perspectivas no son alentadoras mientras no lleguen lluvias significativas.

Si bien no existen cifras oficiales, la Sociedad Rural advierte que las pérdidas económicas ya son millonarias y que, de no mediar políticas concretas, la cadena productiva podría sufrir consecuencias irreversibles. El pedido de emergencia, remarcan, no es solo una formalidad: es la condición necesaria para acceder a recursos que permitan amortiguar el impacto y sostener la actividad hasta que se normalicen las condiciones climáticas.

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