El reciente desalojo de un vendedor de frutas y verduras en la intersección de Saturnino Torres y Perticone reabrió el debate en Neuquén capital sobre la venta ambulante y sus alcances. El episodio, que generó tensión con vecinos y dejó imágenes que se viralizaron en redes sociales, evidenció una problemática que no es nueva: cómo compatibilizar la necesidad de quienes viven de la venta callejera con el reclamo de comerciantes establecidos y la obligación del Estado de ordenar el espacio público.
En ese contexto, el Concejo Deliberante planteó la posibilidad de crear ferias itinerantes en distintos barrios de la ciudad, como alternativa para canalizar la actividad en espacios habilitados. La iniciativa busca ampliar la red actual de ferias populares y acercarlas a los consumidores, garantizando condiciones de seguridad, higiene y formalidad.

La discusión se reavivó a principios de septiembre, cuando inspectores municipales y efectivos policiales decomisaron la mercadería de un trabajador que ofrecía frutas, verduras, miel y nueces en la vía pública. El operativo generó enojo entre vecinos que intentaron intervenir, aunque desde el Municipio aclararon que no se trata de una práctica habitual, sino de la aplicación de la normativa vigente.
Desde la Asociación de Comercio, Industria, Producción y Afines de Neuquén (ACIPAN) insistieron en que la venta callejera constituye una competencia desleal. Señalaron que evade impuestos y obligaciones legales, lo que afecta a comercios en regla que pagan tasas, sostienen empleo y garantizan condiciones sanitarias. También advirtieron que la venta sin control puede provocar obstrucciones en la vía pública y conflictos de convivencia.
Por su parte, desde el bloque del Movimiento Popular Neuquino (MPN), la presidenta Victoria Fernández recordó que existen ordenanzas que regulan la actividad. En Neuquén están permitidas las ferias populares, las artesanales y ciertos permisos específicos, como los que habilitan la venta de pochoclos o panchos en plazas.
Fernández subrayó que el objetivo es “canalizar la venta a través de la economía social” y garantizar que los trabajadores tengan espacios seguros. Actualmente funcionan dos ferias en el oeste de la ciudad y la tradicional feria del Parque Central, pero la demanda supera la capacidad de estos lugares.
La idea es sumar puestos en las ferias existentes y crear nuevas ferias itinerantes que recorran los barrios en coordinación con las comisiones vecinales. Según la concejal, muchos vendedores estarían dispuestos a sumarse, conscientes de los riesgos que implica instalarse en esquinas transitadas.
La regulación contempla requisitos como tener domicilio en Neuquén, no contar con otra actividad comercial y acreditar que la venta en la vía pública constituye el principal sustento. En los casos de manipulación de alimentos, además, se exige cumplir con normas de salubridad.
El desalojo que detonó la discusión quedó registrado en un video que mostró cómo la Policía reducía al vendedor mientras personal municipal levantaba los productos. El hecho provocó cuestionamientos y dio lugar a testimonios de la familia del trabajador, que relató lo sucedido tras la detención.
Aunque desde el Concejo y el Municipio aclararon que no es política habitual avanzar con operativos de este tipo, el caso expuso la necesidad de revisar y ampliar los espacios de comercialización. El desafío, coinciden los distintos sectores, será encontrar un equilibrio entre el derecho al trabajo, la competencia justa y el ordenamiento del espacio público en una capital que crece y demanda nuevas soluciones.
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