El presidente Javier Milei compartió este viernes una particular perashá, un fragmento de la Torá leído en celebraciones judías, que no pasó desapercibido por su fuerte contenido simbólico y la moraleja implícita en el mensaje. ¿Qué quiso decir?
En un posteo que cerró con un tradicional “Shabat Shalom”, Milei dejó claro su rechazo a las posturas “tibias” en la política y la vida, acentuando hasta lo impensado su mirada maniquea de la política.
Según el texto, la perashá relataba la inquietud de Rivka (Rebeca) durante su embarazo al sentir que su hijo reaccionaba tanto ante lugares santos como impuros. Preocupada, consultó a un profeta, quien le explicó que llevaba en su vientre a dos futuros líderes opuestos: Yaakov (Jacobo), destinado a ser un líder del pueblo de Israel, y Esav, quien sería un antagonista malvado.
“La pregunta: ¿Rivka luego que está segura que tiene un hijo completamente malvado se calma, y antes que pensaba que tenía un solo hijo que no sabía cómo sería estaba muy perturbada?”, continuó.
La reflexión central del mensaje de Milei apuntaba a un concepto contundente:
“Los que juegan para todos lados son los peores de todos, incluso mucho peor del que es completamente malvado”.
El mandatario agregó que mientras "el malvado es identificable por sus actos", el "tibio" representa un mayor peligro porque “se comporta como bueno, pero sus intenciones son nefastas”.
Una lectura guerrera que se parece a la política
Aunque no se mencionó explícitamente a nadie, el mensaje generó revuelo entre los analistas políticos, que lo interpretaron como un dardo velado hacia aliados o adversarios que mantienen posturas ambiguas.
En un gobierno que ha enfrentado tensiones internas y críticas a la falta de cohesión en algunos sectores, el llamado de Milei a definirse y evitar la "tibieza" vuelve a agredir a quienes se muestra accesibles a respaldar sus medidas pero haciendo vale, aunque sea mínimamente, su punto de vista o lugar de representación.
La mención de figuras como Esav y Yaakov, marcando claramente el antagonismo entre el bien y el mal, refuerza la retórica polarizadora que ha caracterizado al presidente desde su campaña, y se da en paralelo a algunos movimientos políticos y negociaciones que revelarían lo contrario.
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