La Comisión Nacional de Valores (CNV) oficializó la Resolución General 1023/2024, que permite a adolescentes de entre 13 y 17 años realizar inversiones en el mercado de valores. Aunque la normativa señala que se busca "fomentar el ahorro e impulsar la educación financiera desde edades tempranas", la realidad es que habilita a las entidades a vender productos financieros de alto riesgo a menores de edad, con la simple autorización de un tutor legal.
Según como se mire, la decisión amplía derechos sobre los adolescentes, o bien, genera una nueva cuota de mercado a bancos, billeteras virtuales y exchanges, los grandes ganadores de la gestión libertaria.
El punto más preocupante de esta resolución es que no introduce ningún mecanismo de control o educación financiera que permita a los adolescentes comprender los riesgos asociados a las inversiones.
A diferencia de otros países donde las iniciativas para menores están estrictamente limitadas a productos financieros conservadores o se acompañan de programas educativos robustos, aquí se les habilita a comprar acciones, bonos y Cedears, algunos de los cuales pueden implicar altos niveles de volatilidad y pérdida.
Sin embargo, la CNV no aclara cómo se garantizará que estos jóvenes inviertan de manera informada. Los brokers, por su parte, no están obligados a ofrecer orientación adicional o a limitar el acceso a instrumentos más complejos o riesgosos. Es decir, la puerta está abierta para que los adolescentes se adentren en el mundo de las inversiones sin herramientas suficientes para distinguir entre una operación especulativa y una inversión responsable.
Otro aspecto controvertido es el silencio sobre el impacto psicológico y económico que podría tener esta apertura para adolescentes. En un contexto donde la toma de decisiones financieras requiere madurez y experiencia, ofrecer productos con una promesa de rentabilidad, sin una adecuada regulación o protección para menores, podría exponerlos a pérdidas financieras considerables. Y es que, a pesar de que los padres o tutores deben autorizar las inversiones, no se especifica qué tipo de asesoramiento se brindará a las familias para tomar decisiones informadas.
En resumen, la medida parece beneficiar más a los brokers que a los jóvenes inversores. Mientras la CNV argumenta que busca "impulsar el ahorro y la educación financiera", lo cierto es que se abre un nuevo nicho de mercado para los intermediarios financieros, sin un marco adecuado de protección para los menores.
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