La Patagonia dará un paso decisivo en la lucha contra los incendios forestales. Este viernes, los gobiernos de Neuquén, Río Negro y Chubut firmarán en conjunto un convenio marco para poner en marcha el Plan de Prevención y Abordaje de Incendios 2026, una estrategia que busca coordinar esfuerzos, optimizar recursos y anticiparse a los escenarios críticos que suelen presentarse durante el verano.

El acto se llevará a cabo en Chubut y contará con la presencia de la secretaria de Emergencias y Gestión de Riesgos de Neuquén, Luciana Ortiz Luna, quien acompañará la rúbrica de un acuerdo considerado clave para la seguridad de las comunidades y la protección del patrimonio natural de la región.

El convenio establece las bases para la conformación de un Comando Conjunto Patagónico, un esquema de trabajo pensado para coordinar la labor de brigadistas, organismos provinciales y municipios. La intención es evitar la dispersión de recursos y fortalecer la respuesta inmediata frente a situaciones que, año tras año, ponen en jaque a bosques, áreas protegidas y poblaciones cercanas.

El nuevo modelo busca no solo mejorar la reacción operativa en terreno, sino también sentar las bases de un fortalecimiento institucional que permita sostener a largo plazo la capacidad de prevención y gestión de emergencias. La articulación entre provincias se considera un paso fundamental en un territorio extenso, con zonas de difícil acceso y altos niveles de riesgo ambiental.

Tecnología y financiamiento internacional

Otro de los puntos centrales del acuerdo tiene que ver con la modernización tecnológica. Según informaron la Subsecretaría de Cambio Climático y la Secretaría de Emergencias de Neuquén, ya se presentó una propuesta ante el Fondo de Adaptación al Cambio Climático. El objetivo es obtener financiamiento para desarrollar un sistema regional de comunicación, alerta temprana y monitoreo, que permita anticiparse a los focos de incendio y mejorar la coordinación en tiempo real.

Este sistema contempla la integración de recursos humanos y técnicos especializados, así como la capacitación permanente de brigadistas. La idea es que las herramientas tecnológicas se complementen con la experiencia en el terreno, potenciando la capacidad de respuesta y reduciendo al mínimo los márgenes de improvisación frente a emergencias.

Una estrategia común para la Patagonia

La firma del convenio se inscribe en un proceso más amplio de cooperación regional. En los últimos años, la Patagonia ha experimentado incendios de gran magnitud que dejaron consecuencias ambientales, económicas y sociales difíciles de revertir. Frente a este escenario, las provincias consideran indispensable contar con un plan común que no solo reaccione ante el fuego, sino que también trabaje en la prevención y mitigación de riesgos.

El desafío es doble: por un lado, garantizar la seguridad de las comunidades que habitan en áreas cercanas a los bosques y, por otro, proteger los ecosistemas que representan un patrimonio natural clave para la región. La planificación conjunta apunta a que cada provincia deje de actuar de manera aislada y se consolide un frente regional coordinado.

En este contexto, la articulación entre Neuquén, Río Negro y Chubut se presenta como una señal de unidad frente a un problema que no reconoce límites geográficos. El acuerdo, además, abre la puerta a futuras incorporaciones de otras provincias patagónicas que enfrentan escenarios similares de vulnerabilidad.

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