Mientras el peronismo colmaba la Plaza de Mayo en respaldo a Cristina Kirchner, la Unión Cívica Radical encendió sus propias alarmas: denunció “ataques sistemáticos” contra al menos siete comités en La Plata, Mendoza y la Ciudad de Buenos Aires.
Todo comenzó con la publicación de Pablo Nicoletti, presidente de la UCR platense, quien mostró en redes la sede Ricardo Balbín amanecida con pintadas que aludían a Cristina y al PJ. Según el dirigente, la violencia se alimenta de dos frentes:
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El discurso agresivo del Gobierno de Javier Milei.
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Sectores kirchneristas que usan la condena a CFK como excusa para el vandalismo.
La denuncia escaló rápido: las autoridades bonaerenses y nacionales de la UCR hablaron de “un ataque coordinado y profundamente antidemocrático” y pidieron bajar el tono de la confrontación.
En total se registraron cinco sedes dañadas en La Plata, una en Guaymallén (Mendoza) y otra en el barrio porteño de Flores.
“En un clima social cada vez más cargado de intolerancia, es necesario terminar con los discursos de odio”, reclamaron los radicales, que exigen un rápido esclarecimiento y convocan al resto de los partidos a cuidar la paz pública.
Las sedes vandalizadas
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Junta Central (48 e/ 5 y 6, La Plata)
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Sección 2ª (4 e/ 43 y 44, La Plata)
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Sección 3ª (7 e/ 62 y 63, La Plata)
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Sección 5ª (25 y 60, La Plata)
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Sección 8ª (47 e/ 22 y 23, La Plata)
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Comité Guaymallén (Mendoza)
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Local Flores (José Bonifacio 2945, CABA)
La UCR pide respuestas y suma tensión a un escenario signado por la privación de la libertad de la principal dirigente opositora.
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