El referente del SMATA y diputado de Unión por la Patria, Mario "Paco" Manrique, presentó su renuncia como secretario gremial de la Confederación General del Trabajo (CGT), una decisión que llega en un contexto marcado por crecientes diferencias con el sector "dialoguista" de la central obrera. Este sector, que ha reactivado recientemente los contactos con el gobierno de Javier Milei, ha generado fricciones dentro de la CGT, particularmente con los sectores más alineados al kirchnerismo.
En su carta de renuncia, Manrique argumentó que la acumulación de responsabilidades como diputado nacional y secretario general adjunto del SMATA le impedían continuar con sus funciones en la CGT: “Esta decisión se debe al cúmulo de tareas y responsabilidades que actualmente tengo como diputado nacional y como secretario general adjunto del SMATA, lo cual hace imposible que continúe en el cargo con la responsabilidad y dedicación que este merece”, escribió el sindicalista.
Sin embargo, a pesar del tono medido de la carta, los antecedentes de la renuncia señalan tensiones profundas. Hace apenas unos días, en una entrevista radial, Manrique había lanzado fuertes críticas hacia la conducción de la central obrera: “Voy a renunciar a la CGT, esta CGT a mí no me representa. Se vació de contenido, no tiene claro hacia dónde va”, expresó.
Además, el dirigente denunció la falta de comunicación y la desconexión con la llamada "mesa chica" de la CGT, que concentra el poder de decisión en la central.
Manrique también manifestó su descontento con la postura adoptada por el sector "dialoguista", que lidera la mayoría dentro de la CGT y que la semana pasada reactivó el diálogo con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en un intento por mejorar las relaciones con el gobierno libertario tras la polémica reglamentación de la reforma laboral incluida en la Ley de Bases. "La CGT cree que porque Francos les abre la puerta y los atiende, tienen lugar", lanzó el sindicalista, visibilizando así su malestar.
El retiro de Manrique intensifica la brecha entre los sectores de la CGT. El dirigente forma parte de una visión más "crítica" del sindicalismo, más cercana al posicionamiento de Pablo Moyano, que propugnan una confrontación más directa con el gobierno de Milei. De hecho, el moyanismo ha impulsado un paro de transporte para el 30 de este mes.
La renuncia de Manrique a la CGT, aunque atribuida a la acumulación de responsabilidades, refleja las tensiones internas que atraviesa el sindicalismo argentino en un contexto de crisis económica y cambios en el gobierno. Las diferencias entre el sector "dialoguista" y el ala "dura" parecen profundizarse, abriendo interrogantes sobre el futuro de la central obrera y su relación con la gestión libertaria.
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