En La Plata, el presidente convirtió un acto político en un show personal de agravios, apuntando con dureza al gobernador bonaerense y reforzando su tono de campaña.

Javier Milei aterrizó en La Plata y en lugar de discurso institucional, ofreció un stand-up político cargado de cifras, halagos a su gabinete y, sobre todo, un festival de insultos y metáforas contra Axel Kicillof.

El presidente no se anduvo con rodeos: lo llamó “pelotudo”, “burro eunuco”, “zar de la miseria” y “pichón de Stalin”, entre más de veinte referencias despectivas que salpicaron su intervención.

El foco del discurso viró rápido de los supuestos logros de su gestión a la figura del gobernador bonaerense. “Este pelotudo nunca pensó en bajar el gasto público”, disparó Milei, acusándolo de mantener desequilibrios fiscales en la provincia y de tener una “cosmovisión soviética” que, según él, es el principal obstáculo al ajuste nacional.

La diatriba subió de tono cuando Milei se despachó con una frase que combinó insulto clásico y connotación vulgar: “Kicillof es el burro eunuco”, dijo, para después remarcar que sus razonamientos son “limitados” y que ni “podría sumar con un ábaco”. Lo retrató además como un “monarca diminuto escondido en su Kremlin” y como el “último zar de la miseria”.

Un blanco para la campaña

El acto tuvo sabor a lanzamiento electoral de La Libertad Avanza en territorio bonaerense. Milei buscó instalar a Kicillof como la cara visible del “Estado presente” que, según él, empobrece al país. Y fue aún más lejos: “La provincia será una villa miseria gigante si siguen con esta lógica estatista”, alertó.

También acusó a la gestión bonaerense de sostener estructuras clientelares y de albergar funcionarios “inútiles” en áreas que “no deberían existir”.

“Todos pobres, eso es el socialismo”, sentenció el presidente, luego de ejemplificar con operaciones aritméticas su rechazo a las políticas redistributivas. Y remató: “Espero haberlo explicado bien, incluso para ‘kicillofes’”.

Violeta o nada

La puesta en escena no dejó dudas sobre el tono electoral. Milei llamó a “teñir de violeta” la provincia y advirtió que el gobierno bonaerense busca “aislar” Buenos Aires del proceso de transformación nacional que dice encabezar.

“No vamos a permitir que los bonaerenses miren por la ventana mientras el resto del país progresa”, aseguró.

Con su retórica beligerante, Milei parece consolidar un camino: menos discurso institucional, más show de confrontación. “Somos el mejor gobierno de la historia”, proclamó. Y concluyó: “Vamos a desterrar el modelo de la casta y abrazar la libertad en cada rincón del país”.

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