La discusión por la reforma laboral impulsada por el Gobierno nacional volvió a exponer las diferencias internas entre los representantes de Neuquén en el Congreso. En una iniciativa que el oficialismo considera central para su agenda de modernización del mercado de trabajo, la provincia muestra un mapa fragmentado: respaldo sin fisuras desde La Libertad Avanza, rechazo cerrado del peronismo y una postura intermedia que prioriza el análisis caso por caso.
En un Parlamento sin mayorías propias y con votaciones ajustadas, cada definición adquiere peso político. Neuquén no escapa a esa lógica y, aunque no concentra un número decisivo de bancas, sí expresa un equilibrio que puede resultar determinante en la construcción de consensos. La reforma laboral, que ya comenzó a generar tensiones con el movimiento sindical y sectores de la oposición, se convierte así en una prueba concreta del rol que asumirá la provincia frente a las reformas estructurales del Ejecutivo nacional.
Rechazo del peronismo y alineamiento libertario
Desde Unión por la Patria, la postura es clara y anticipada. El diputado Pablo Todero y los representantes neuquinos del espacio en el Senado confirmaron que votarán en contra del proyecto, en sintonía con la estrategia nacional del bloque. La definición se apoya en reuniones previas con la CGT y otras centrales sindicales, y en una lectura política que considera que la reforma implica un retroceso en derechos laborales adquiridos.
En ese sector no se vislumbra margen para negociaciones parciales ni cambios puntuales al articulado. La consigna es rechazar la iniciativa en su conjunto y fijar una posición clara frente a una propuesta que, entienden, altera el esquema de protección del trabajo vigente. Esa definición coloca al peronismo neuquino en el grupo de opositores firmes a una de las principales banderas legislativas del Gobierno.
En el extremo opuesto se ubican los legisladores de La Libertad Avanza. Con una representación que se fortalecerá tras el recambio parlamentario, el espacio libertario acompaña sin fisuras las iniciativas del Ejecutivo. La reforma laboral, el Presupuesto 2026 y los proyectos fiscales asociados forman parte de un paquete que el bloque oficialista respalda de manera orgánica, sin diferencias internas.
Ese alineamiento consolida una base de votos previsible para el Gobierno nacional, aunque insuficiente por sí sola para garantizar la aprobación de todas las leyes. De allí la importancia de los espacios provinciales y de los legisladores que no responden de forma directa ni al oficialismo ni a la oposición dura.
La Neuquinidad y la estrategia provincial
En ese terreno se mueve La Neuquinidad, el espacio que responde al gobernador Rolando Figueroa y que cuenta con representación en ambas cámaras. A diferencia de los otros bloques, desde este sector evitaron adelantar una postura definitiva y remarcan que el análisis estará centrado en el impacto concreto que la reforma laboral pueda tener sobre la provincia.
La senadora Julieta Corroza expresó que la conformación de un monobloque responde a la necesidad de sostener autonomía política y preservar los intereses neuquinos en un contexto nacional complejo. Según planteó, el proyecto será evaluado artículo por artículo, con diálogo directo con funcionarios nacionales y sin comprometer un acompañamiento automático ni un rechazo anticipado.
Esa posición convierte a La Neuquinidad en un actor de interés dentro de un Congreso fragmentado. Si bien su número no define por sí solo una votación, su respaldo puede resultar clave en escenarios ajustados o servir como puente para acuerdos más amplios con otros gobernadores y bloques provinciales.
El debate se dará además en un contexto de sesiones extraordinarias y plazos acotados, especialmente en el Senado, donde el oficialismo necesita acelerar consensos para evitar mayorías especiales difíciles de alcanzar. En ese marco, los representantes neuquinos se mueven entre la disciplina partidaria, la presión sindical y una estrategia provincial que busca preservar margen de maniobra.
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