
La votación del presupuesto provincial 2026 dejó uno de los debates más tensos del cierre del año legislativo. Andrés Blanco, diputado del PTS–Frente de Izquierda Unidad, fue una de las voces más críticas y decidió fundamentar un rechazo que, según planteó, va más allá de una diferencia técnica: “es un presupuesto mentiroso”, dijo, apuntando a cálculos de inflación “ficticios” y a una alineación directa con el diseño de ajuste del gobierno nacional.
Para Blanco, el mensaje es claro: los grandes números de Vaca Muerta no están logrando traducirse en mejoras concretas para la población neuquina. El legislador aseguró que la provincia vive un escenario “paradójico”, en el que la producción de petróleo crece de manera sostenida —más de 30% respecto de 2024, rozando los 600 mil barriles diarios—, mientras el poder adquisitivo de los trabajadores continúa cayendo. “Desde afuera podrían pensar que Neuquén vive su mejor momento, pero el derrame que prometió el gobernador Rolando Figueroa sigue sin aparecer”, remarcó.
Inflación, salarios y el gasto social: la discusión de fondo
En su intervención, Blanco puso el foco en cómo los salarios públicos quedaron rezagados frente al aumento del costo de vida. Señaló que, para recuperar el nivel de diciembre de 2023, deberían incrementarse al menos un 40%. Aunque valoró la continuidad del mecanismo de actualización por IPC, sostuvo que por sí solo no alcanza si el Ejecutivo sigue calculando la inflación por debajo de lo que estiman los organismos y consultoras.
El debate se tensó cuando el diputado aseguró que la estimación oficial del 10% de inflación anual para 2026 “carece de sustento” y se basa únicamente en el pronóstico del presidente Javier Milei. “Nadie cree ese número”, afirmó. Como contraste, recordó que Neuquén cerró octubre con un aumento mensual del 2,7% y un acumulado interanual del 40,4%, mientras que el IPC nacional marcó 2,3% en el mismo mes y 31% interanual.
Según Blanco, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) ofrece un panorama mucho más conservador, con una inflación estimada del 18,7% para el año próximo. Y ese diferencial, aseguró, no es menor: “Con los números reales, varias áreas clave caerían en términos reales el año que viene”.
Impacto por áreas: dónde se sentiría el recorte
A partir de esas estimaciones, el diputado de Izquierda detalló cómo se modificarían los recursos asignados a sectores sensibles si se toma como referencia la proyección del REM. Según su análisis, el presupuesto 2026 implicaría:
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–3,68% en educación
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–5,32% en salud
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–4,80% en asistencia social
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–7,41% en ciencia y técnica
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–39,54% en ecología
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–2,72% en trabajo
Las cifras, aseguró, muestran un retroceso en áreas donde el Estado debería tener mayor presencia, especialmente en un contexto social complejo y con indicadores de pobreza que, según el legislador, continúan en niveles preocupantes. “Mientras las petroleras se la llevan en pala, las familias trabajadoras siguen ajustadas”, expresó.
Más allá de las diferencias políticas, Blanco insistió en que el problema central es la falta de previsión realista. “Un presupuesto tiene que reflejar cómo proyecta el gobierno el futuro inmediato. Si parte de números irreales, no solo se vuelve discrecional, también se vuelve injusto”, concluyó.


















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