Organizaciones sociales realizaron este miércoles una protesta frente a la casa de Daniel Scioli en el barrio de La Ñata, para exigir la restitución del programa de Turismo Social, que este año fue completamente desactivado por el Gobierno nacional.
La movilización fue encabezada por militantes y referentes de la FENAT y el Frente Barrial de las dos CTA, quienes señalaron que ningún contingente popular pudo viajar este verano a los históricos complejos de Chapadmalal y Embalse, lugares emblema del turismo accesible en Argentina.
“No nos vamos a resignar a que esto no ocurra más. Este año no pudimos organizar ni un solo viaje”, denunció Juan Vitta, uno de los voceros de la jornada, y advirtió que si no hay respuesta por parte de la Secretaría de Turismo, acamparán frente a la casa de Scioli durante el verano.
El reclamo, según explicaron, va más allá de una política de esparcimiento. Tiene que ver con el derecho al descanso, a la recreación y a compartir con otros. “Las organizaciones sociales peleamos todo el tiempo por lo urgente —comida, trabajo— pero no vamos a dejar de pelear por lo que nos hace felices. El turismo social no es un lujo”, remarcó Vitta.
La medida llegó luego de múltiples gestiones sin respuesta ante la Secretaría de Turismo. Frente a ese silencio, decidieron manifestarse en el plano personal del funcionario: “Le avisamos que si no nos escuchaban, íbamos a terminar en La Ñata. Hoy fue el primer aviso, y cumplimos”, dijeron.
Durante la jornada se compartieron relatos que expusieron el impacto emocional y simbólico del programa. “Una compañera contó cómo llevó a su madre discapacitada a ver el mar por primera vez. Otra dijo que sin el programa jamás habría podido viajar con sus cinco hijos. Ellas son las voces que nos mueven a seguir”, relataron.
El Turismo Social fue durante décadas una herramienta de inclusión que permitió a familias de barrios populares acceder a vacaciones dignas. Para estas organizaciones, su desactivación representa otro retroceso en los derechos conquistados.
Comentarios