Neuquén ha encontrado en el senderismo urbano un sello de identidad. Con más de 65 kilómetros de caminos diseñados para caminar, trotar o pedalear, la capital provincial no solo suma opciones recreativas para sus vecinos, sino que también atrae a turistas que buscan naturaleza sin alejarse de la ciudad. La propuesta abarca bardas, riberas y plazas, conformando una red de senderos que va desde recorridos simples para toda la familia hasta trayectos más exigentes para deportistas experimentados.
El reconocimiento oficial como capital nacional del senderismo urbano marcó un antes y un después en la planificación de los espacios verdes. A partir de allí, la Municipalidad avanzó con inversiones en infraestructura, cartelería y puestos de hidratación, lo que permitió consolidar un circuito que se extiende por siete áreas estratégicas de la ciudad. El objetivo, según remarcan las autoridades, es que tanto residentes como visitantes puedan descubrir paisajes naturales únicos sin necesidad de alejarse del casco urbano.

Los senderos más conocidos son los de Parque Norte, que cada fin de semana convocan a miles de personas. Allí se destacan tres circuitos: el Sendero Blanco de las Bardas, de dificultad media/alta y 5,8 km; el Sendero Naranja del Monte, más accesible con 4,1 km; y el Sendero Azul El Jarillal, de apenas 1,5 km, ideal para quienes se inician. Todos están señalizados y permiten recorridos tanto diurnos como nocturnos.
El Paseo Costero es otra de las grandes apuestas. Con 34 kilómetros bordeando los ríos Limay y Neuquén, conecta espacios emblemáticos como la Península Hiroki, el Parque Agreste y la Isla 132. Este último punto se transformó en un verdadero polo recreativo con gastronomía, deportes acuáticos y actividades culturales, lo que refuerza la idea de turismo de cercanía.
La Laguna San Lorenzo, por su parte, suma un perfil más ambiental: un humedal urbano con senderos de poco más de 1,3 km que incluyen estaciones interpretativas y avistaje de aves. Es una de las joyas menos conocidas de la ciudad, pero cada vez más elegida por quienes buscan contacto con la biodiversidad.
Turismo y crecimiento económico
Desde el municipio destacan que el auge del senderismo urbano impacta directamente en la economía local. El intendente Mariano Gaido subrayó que la ocupación hotelera durante los fines de semana pasó del 27% al 70% en los últimos años. “El turismo es una economía sin chimeneas. Crecemos de la mano de la naturaleza y la inversión en espacios públicos”, afirmó.
El secretario de Turismo, Diego Cayol, agregó que la propuesta genera un atractivo diferencial para visitantes. “Los turistas pueden recorrer en minutos desde un bosque ribereño hasta las bardas áridas, algo único en la región. La Península Hiroki, con su sendero de 1,8 km hasta la confluencia de los ríos, es una de las experiencias más buscadas”, señaló.
Por su parte, Mauricio Serenelli, secretario de Vinculación Estratégica, remarcó la importancia de las actividades complementarias. Entre ellas figuran carreras en fechas emblemáticas, el programa Mi Ciudad se Mueve y encuentros de trekking infantil. “La idea es que los vecinos puedan escapar de la rutina con propuestas recreativas y deportivas en escenarios naturales dentro de la propia ciudad”, explicó.
Senderismo urbano, un sello neuquino
El crecimiento de la red de senderos de Neuquén refleja una política sostenida que combina planificación urbana, promoción turística y preservación ambiental. Con opciones para todas las edades y niveles de exigencia, la ciudad se posiciona como un destino atractivo que invita a caminar, observar y disfrutar de su entorno natural.
En este contexto, el senderismo urbano en Neuquén ya no es solo una actividad recreativa: se consolidó como un motor económico y un rasgo de identidad que distingue a la capital patagónica en el mapa turístico nacional.
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